lunes, 3 de noviembre de 2008

Crítica y Justificación de “Distracción”

El texto es redundante en su descripción de los sonidos, y no se da a entender, dos meses luego de escribirlo, me bastan para leerlo y sentir vergüenza.

Y esto no es mas que otra muestra, de la generosidad con la que esta misantropía mía, alcanza hasta para odiarme a mi misma, y sigo redundando redundando redundando.....

s/sentido

Ríos de gente dibujan, rayan mas bien como un gran garabato las veredas, y así mismo los autos en la calle, las calles con sus micros congestionando el transito, sumándose a la cacofonía urbana de las bocinas y sirenas, micros llenas de mucha gente apretada que se empuja, roza, y de vez en cuando intercambia lacónicamente alguna frase como “me das permiso?” . tras mi espalda una mochila cargada de facsímiles y miles de otras webadas que nada tienen que ver con lo académico.




Mi aspecto patético, avanza lento, yo evito encontrármelo en los reflejos de las ventanas de los autos y edificios. Hoy mi aspecto no acompaña a mi ánimo y el tiempo avanza de una manera tan descoordinada dentro, y fuera de mi , que hasta mis pasos enredan su ritmo con los que di ayer, mis piernas no logran llegar a un acuerdo sobre a donde llevarme, solo se abren paso, medio apresuradas, como si se dirigen a algún lugar determinado….

Mi tronco avanza sobre ellas, y un poco mas arriba, y hasta un poco más atrás, (siempre quedándose atrás) mi cabeza, maquinando situaciones, mis bellos erizados esperando la caricia fugaz de cualquiera que pase, mis oídos despiertos, armando diálogos incoherentes, de palabras sueltas en el aire, que no se borran.

Esperan suspendidas

Ahí

A la altura de su cabeza, esperan aún las palabras que dijo la señora, que cuadras mas adelante, va cargando sus bolsas amarillas.

Esperan acoplarse sin sentido al “me fue como el forro” del pingüino que a mi lado, le comenta algo a su compañero…

lunes, 22 de septiembre de 2008

Entrega


Cama inmensa
Seca y hostil como un desierto
Desalmada, se niega a entregarme descanso
Nado sedienta, busco sueños rasguñando la almohada
Lo único que me ofrece es el eco de una silueta que abandona…

El Sobresalto y el temor
De encontrarme con ella
Y de contemplar lejana, como se empequeñece su figura
Escondida como un niño contando sus huellas
Y de hallar en la ruta del abandono los restos de las raíces que tendí sobre su espalda, sobre su pecho, su alma

Raíces que tejí sobre estas sabanas,
Que ayer se tendían bajo mi cuerpo pleno, mi alma satisfecha, tibias radiantes de paz
Hoy son una masa de nudos, que se extienden infinitamente
Arrullando con indiferencia mi dolor
No son más que un puñado de pliegues donde se dibujan y se pierden figuras
Donde se encuentran y desarman caminos
Pliegues que se rehúsan a abandonar la forma de uno que se fue.


No se debe amar y dormir sobre la misma cama
Que unos días parece no poder sostenerse,
Desbordarse de entrega y ternura
Y otros en cambio se extiende como un pájaro
Para desparramar generosa, el más cruel desamparo


No se debe violar el sagrado aposento, desgranando sobre él las pasiones
Se enraízan, crecen bajo las sienes, mientras se trenzan los sueños.


Yo clave mis raíces ansiosas, hondo en tu terreno
Las abrazaste y en tus brazos se arraigaron,
De tu sangre se nutrió cada brote
Que desde mi alma resquebrajo el suelo
Mas no todos te pertenecían…


Pasa que mi alma se extiende como en un pajar
Huye anhelante en cualquier dirección
Prolifera desmigajando piezas mías, y acuñando fragmentos de días nublados, de olores y melodías.
Siempre vaga, deshojando las cadenas de un ancla sin puerto,
Sobre mares y pantanos


[Sobre mares y pantanos me hallaste
Desnuda
Empapada de tierra y sal
Y de mi piel salada bebiste
Y de mi piel se salo tu mar
Mar que creí tierra firme
Para sobre tus aguas mi cepa anclar]


Mas de tus pies sólidos, de tu semblante sereno y mi esencia versátil
El tiempo gozó el espectáculo de una danza sin sentido,
Que no seria puerto ni cuna
Ni marea furiosa, ni calmo manantial
Sino una ola que juega a borrar las pisadas de las gaviotas en la orilla
Que viene vigorosa se debilita y huye nuevamente...

martes, 27 de mayo de 2008

Andar

Media hora frente al kiosco, fingiendo que me interesaban los titulares, y el tipo incomodo que desde adentro me miraba de reojo cada cierto rato, con cara de ¿se te perdió algo?, esperando probablemente que le comprara algo o que se yo,…yo miraba la hora en el celular y marcaba tu número. Sabía que no contestarías, pero por lo menos parecería ocupada.

Ya había perdido interés en el panorama que habíamos armado, ahora me urgía salir de la situación, de la sensación de que todos sabían que estaba sola, esperando, y que no llegarías. Me sentí tan pequeña entre esa gente estupida, tan ridícula. Sentí que les debía una explicación, que no me ocurría seguido, que debió pasarle algo en el camino…

Finalmente me decidí a andar, no sin antes comprarle cigarrillos al hombre del kiosco, y no se en realidad por que lo hice, no tenía ganas de fumar, odio fumar en la calle, siempre lo he encontrado feo y vulgar. El hombre me entrego el paquete de cigarros con una sonrisita misericordiosa, ladeando un poco la cabeza y levantando los hombros, como queriendo decir “así es la vida mijita”, y ese gesto, ese gesto acabo por demoler mi autoestima ese día. Le devolví cínicamente la sonrisa al muy hijo de puta y me eche a caminar.
Caminaba rápido, mordiendo con rabia cada fumada de humo que le daba al cigarrillo, caminaba rápido y no me dirigía a ni un lugar, pero en cuanto me percate que no tenía prisa, me detuve y avance más lento.

Es que caminar sin destino no es igual si no es contigo al lado, uno se da cuenta de la realidad sucia, de la fealdad de los transeúntes, de que en el centro se respira miseria y que la gente va o muy ocupada o muy muy extraviada.

Veo al pasar una pareja de colegiales que se besan apasionadamente, sin pudor en la calle mugrienta, en medio de la cacofonía de las bocinas y las voces desafinadas de los mendigos que cantan. Pero no se detienen, los envuelve un aura espesa, están absortos en la pasión de su beso indecente.
Veo pasar una jauría de perros, corren tras una perra. Hasta ellos saben que se dirigen a algún lado…
Veo a hombres y mujeres desconformes, desarreglados e infelices, vendiendo sus inútiles y poco novedosos productos sin ninguna motivación…

Todos me parecen formar un espectáculo decadente, repulsivo y detestable, sin embargo hay algo que envidio en ellos.

No es lo mismo andar sin ti. Contigo, todo me sorprende, todo adquiere cierta magia y es profundamente intenso,…

Andar contigo se me asemeja a andar con los ojos cerrados.

Siempre he pensado que si caminas con los ojos cerrados, llegas al destino preciso que necesitas o que te hace feliz, y como yo no se que es lo que necesito ni lo que me hace feliz, en todo lugar encuentro algo de eso, y por un poquito de eso, andaría horas a ciegas, dejándome llevar, permitiendo sin resistencia alguna que los empujones de la masa desvíen mi andar. No temo a tropezar con los perros. Será en lugar certero si estas a mi lado.

A Felipe. De nuevo.

miércoles, 9 de enero de 2008

Distracción

Dos polillas perturbadas trenzan caminos que convergen por error, una y otra vez…
Agitadas, flotan entre el monóxido de carbono y esas pequeñas partículas sólidas que taponan los alvéolos pulmonares de los fumadores y de las polillas impertinentes que en busca de luz, seducen inútilmente las sombras que proyectan sus propios cuerpecillos en los techos. Aletean de manera discontinua y ansiosa, casi insoportablemente irritante.
Es el ruido que hace el contacto defectuoso de sus alas ásperas, sus troncos y patas de aspecto crujiente y tosco, su vuelo entrecortado y torpe, me perturban, me enternecen, me distraen.
Imagino sus capullos de seda como gotas nacáreas, semillas llenas de vida, fetos angelicales protegiendo entre paredes aterciopeladas promesas de futura belleza.

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Parto.

Una vida se asoma rasgando la suave membrana de su cálido refugio, afanosa, impaciente, se prepara a desprender su piel de si.
Se alborota el mundo alrededor. Se tejen en el silencio constelaciones, redes tensas trizan el cosmos con sus hilos cortantes de seda translúcida, que vibran mudas los latidos expectantes de miles de insectos, sabandijas, y cuanto bicho asqueroso presenciaba el acontecimiento, en los pastos gráciles del sublime edén.
(Silencio tenso, insectos esperan el nacimiento de una mariposa hermosa)
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Alumbramiento

Se quiebra la burbuja dejando asomar la cabeza de la pequeña criatura.

Gea grita el dolor del dificultoso parto haciendo desintegrar con sus gemidos, las partituras de aquella melodía absurda, dibujada por “las redes tensas que trizaban el cosmos con sus hilos cortantes de seda…”
Gemidos, punzantes, agudos y desgarradores desarticulan las cuerdas de ese silencio, haciendo estallar sus acordes afónicos, que dispersos en el aire, transmutarían en, ecos metálicos y discolocantes silbidos ,forjando una enferma cacofonía disonante.

(Gea, rompe el silencio, grita, y se desory no se por que reputa me doy la paja de publicar esto si nadie lo leera dena todo, se forma un ambiente loco)
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Abandono

Nace la criatura. Se despoja del capullo, y entre circunloquios reverberantes de rumores disparatados, abre lentamente los ojos.

Los insectos observan la pequeña mariposa, la observan con minucioso desden y desencanto.
Abandonan el edén, escabrosa cuna estéril de malparidos.
La bastarda criatura, de alas desteñidas y anómala fisonomía, abandona también, embarcándose en viaje sin sentido.
Gea, desde su caótico jardín, se despide con un suave soplido, que lleno de ternura y conmiseración, impulsa el vuelo zigzagueante de la joven polilla.

Viaje

Probablemente atraída por el olor del tabaco, y las lucecitas que emanaban de un enorme armatoste* geométrico, se decide entrar a explorarlo, y luego de chocar reiteradamente contra un cristal, se escabulle intrusa por una rendija.
La polilla entra en una ventana. Persigue su sombra sobre la cabeza de una niña que aplasta su cuerpo frágil con un documento académico.






a Máx.