martes, 27 de mayo de 2008

Andar

Media hora frente al kiosco, fingiendo que me interesaban los titulares, y el tipo incomodo que desde adentro me miraba de reojo cada cierto rato, con cara de ¿se te perdió algo?, esperando probablemente que le comprara algo o que se yo,…yo miraba la hora en el celular y marcaba tu número. Sabía que no contestarías, pero por lo menos parecería ocupada.

Ya había perdido interés en el panorama que habíamos armado, ahora me urgía salir de la situación, de la sensación de que todos sabían que estaba sola, esperando, y que no llegarías. Me sentí tan pequeña entre esa gente estupida, tan ridícula. Sentí que les debía una explicación, que no me ocurría seguido, que debió pasarle algo en el camino…

Finalmente me decidí a andar, no sin antes comprarle cigarrillos al hombre del kiosco, y no se en realidad por que lo hice, no tenía ganas de fumar, odio fumar en la calle, siempre lo he encontrado feo y vulgar. El hombre me entrego el paquete de cigarros con una sonrisita misericordiosa, ladeando un poco la cabeza y levantando los hombros, como queriendo decir “así es la vida mijita”, y ese gesto, ese gesto acabo por demoler mi autoestima ese día. Le devolví cínicamente la sonrisa al muy hijo de puta y me eche a caminar.
Caminaba rápido, mordiendo con rabia cada fumada de humo que le daba al cigarrillo, caminaba rápido y no me dirigía a ni un lugar, pero en cuanto me percate que no tenía prisa, me detuve y avance más lento.

Es que caminar sin destino no es igual si no es contigo al lado, uno se da cuenta de la realidad sucia, de la fealdad de los transeúntes, de que en el centro se respira miseria y que la gente va o muy ocupada o muy muy extraviada.

Veo al pasar una pareja de colegiales que se besan apasionadamente, sin pudor en la calle mugrienta, en medio de la cacofonía de las bocinas y las voces desafinadas de los mendigos que cantan. Pero no se detienen, los envuelve un aura espesa, están absortos en la pasión de su beso indecente.
Veo pasar una jauría de perros, corren tras una perra. Hasta ellos saben que se dirigen a algún lado…
Veo a hombres y mujeres desconformes, desarreglados e infelices, vendiendo sus inútiles y poco novedosos productos sin ninguna motivación…

Todos me parecen formar un espectáculo decadente, repulsivo y detestable, sin embargo hay algo que envidio en ellos.

No es lo mismo andar sin ti. Contigo, todo me sorprende, todo adquiere cierta magia y es profundamente intenso,…

Andar contigo se me asemeja a andar con los ojos cerrados.

Siempre he pensado que si caminas con los ojos cerrados, llegas al destino preciso que necesitas o que te hace feliz, y como yo no se que es lo que necesito ni lo que me hace feliz, en todo lugar encuentro algo de eso, y por un poquito de eso, andaría horas a ciegas, dejándome llevar, permitiendo sin resistencia alguna que los empujones de la masa desvíen mi andar. No temo a tropezar con los perros. Será en lugar certero si estas a mi lado.

A Felipe. De nuevo.

2 comentarios:

Violet Hill dijo...

Los mejores acuerdos son los que se llevan en una calla mugrienta, así como el mentiroso yo te llamo, o cómo estay!! has notado que cuando un odice Hola viene otro y dice hola cómo estay??? y pasa de largo, osea, uno podría decirle estoy pésimo, me duele el alma porque se murio mi mejor amigo, y el interlocutor diría ahhh que wena, oye juntémonos po,para hacer algo...
pfff



poly... Adoré las formas ásperas y el olor a gases de bencina, me encantó la arruga de la frente del kioskero... me dio mucha verguenza recordar que yo también he esperado... y no me queda otra cosa que hacer aparte de fumar.


Nice!

Camila dijo...

Tiene mucho sentido lo q dices.. es precioso como relacionas el cariño por esa otra persona, como el hecho de caminar por un mundano y cotidiano lugar.

Quizas seria mejor q en el tercer párrafo dijieras ningún en vez de ni un... ^^

Sigue asi! y nunca dejes de escribir! la escritura enriquece!

PD: sabes qn soy! =3